Violencia sexual y de género

El movimiento social de mujeres realizó un gran esfuerzo de movilización y cabildeo para establecer el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias como una parte integral y específica de los Derechos Humanos. Hizo visible que la violencia sexual o el maltrato físico que las mujeres experimentan en relaciones de pareja o familiares no son hechos aislados, sino fenómenos comunes que reflejan y refuerzan el orden social patriarcal, es decir, las relaciones de poder y dominación de los hombres sobre las mujeres.

Este orden social jerárquico, que en la década de 1990 comenzó a ser nombrado “género”, no se limita al ámbito privado, sino que trasciende hacia todas las esferas de la vida social. Las violencias de género limitan la capacidad de las mujeres para ejercer derechos: desde participar en política hasta tomar decisiones autónomas sobre sus cuerpos, su sexualidad o sus funciones reproductivas. El Archivo Histórico Vamos Mujer conserva numerosa documentación sobre cómo la violencia de género, desde los micromachismos hasta los feminicidios, ha llegado a ser reconocida social, política y jurídicamente.

Mujeres y conflicto armado

Desde la década de 1990 la Corporación Vamos Mujer y el movimiento social de mujeres alertaron sobre las consecuencias del escalamiento del conflicto armado interno en la exacerbación de violencias contra las mujeres en Colombia. Señalaron que el desplazamiento y asesinato de lideresas, la violencia sexual y otras formas de violencia sobre los cuerpos de las mujeres eran ejercidas por los actores armados para infundir temor, silenciar la movilización social y ejercer control sobre los territorios. Denunciaron la inoperancia del Estado y evidenciaron la relación íntima entre el patriarcado y la militarización de la vida cotidiana.

El Archivo Histórico Vamos Mujer revela estrategias del movimiento social de mujeres para resistir a los actores armados: iniciativas de resistencia pacífica como plantones, caravanas o tribunales populares y redes de solidaridad como Mujeres de Negro o la Ruta Pacífica de las Mujeres de Colombia fueron medios para exigir soluciones negociadas al conflicto que restablecieran el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.

Violencias estructurales

Promover las organizaciones de mujeres populares conlleva una perspectiva sobre las violencias de género que no puede ignorar las profundas injusticias y desigualdades resultantes de la imposición del modelo económico neoliberal desde la década de 1980. La Corporación Vamos Mujer se vinculó a redes latinoamericanas y mundiales para denunciar que la globalización financiera y la implementación de políticas de “ajuste estructural”, con sus lógicas de mercantilización de la vida y privatización de los bienes comunes, estaba teniendo como consecuencias el empobrecimiento y la precarización de la vida de la mayoría de las mujeres. Además de constituir expresiones de violencia en sí mismas, el empobrecimiento y la exclusión acentuaron las asimetrías económicas entre hombres y mujeres, aumentando la vulnerabilidad de éstas frente a las violencias sexuales y de género.

El Archivo Histórico Vamos Mujer conserva documentación relativa a la construcción de un feminismo popular que abanderó luchas por el reconocimiento del trabajo reproductivo y de cuidados, la defensa de la soberanía alimentaria, los derechos laborales y sociales de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos, así como el derecho a la ciudad, al agua y a los servicios públicos.