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Alonso Correal y Soto, hombre pobre de la villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellin se quejo civil y criminalmente de Juan y Jacinto Valladares, hermanos mulatos libres, ya que ellos junto a Isidoro, mulato esclavo de doña Bernandina de Santillana, le hurtaron la mejor de sus vacas y la sacrificaron, justificandose en que el mismo habia visto la papada, la lengua y otras menudencias de su res en la casa de doña Bernandina. Para el juicio contra ellos llamaron de testigos a Sebastiana y a Margarita, negras esclavas de Ana Correa quienes declararon sobre lo acontecido. Finalmente, y con la confesion de Isidoro, se sentencio que le fueran embargados los bienes a doña Bernandina para pagarle a Alonso Correal. |
