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 Informe Medellin1

 

Si bien había aforo para 450 personas, fueron 800 las que asistieron a la presentación del informe “Medellín: Memorias de una guerra urbana”. La presentación de la publicación tuvo lugar el 14 de septiembre en el Centro Cultural de Moravia.

 

Como respuesta a la pregunta de si Medellín debía ser sujeto de reparación colectiva y frente a la necesidad de identificar las violencias que han afectado a la población antioqueña en el marco del conflicto armado, nació el informe “Medellín: Memorias de una guerra urbana”, una publicación del Centro de Memoria Histórica en convenio con la Corporación Región, la Universidad Eafit y la Universidad de Antioquia, que fue presentada el 14 de septiembre en el Centro Cultural de Moravia y contó con la asistencia de 800 personas, participación que superó todas las expectativas.

 

Pablo Bedoya Molina, egresado de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, hace parte del grupo de relatores que trabajó en la construcción de dicho informe. Para él, un hombre joven de Medellín que no vivó en carne propia muchas de las historias de violencia que cuentan ciudadanos de la capital de la montaña de mayor edad, el hecho de participar en esta investigación fue un ejercicio de reconocimiento de la ciudad y de su trayectoria.

 

Cabe mencionar que previo a este informe, entre 2012 – 2013 se publicó “Colombia basta ya”, un gran libro sobre el conflicto en el país; no obstante, en él no quedaron claras cuáles habían sido las dinámicas regionales de ese conflicto. “Medellín: Memorias de una guerra urbana” es el resultado de discusiones y una investigación, realizada entre 2015 y 2016, sobre cuáles fueron las violencias, los contextos, los impactos y las resistencias de ese conflicto en torno a las violencias asociadas al conflicto armado en la ciudad, un acercamiento a un relato que unificara qué fue lo que realmente sucedió en la capital antioqueña.

Con la atención puesta en la diversidad

Sobre el trabajo de campo que implicó la construcción de este informe de memoria, Pablo Bedoya enfatiza en que la atención estaba puesta en la pluralidad de los relatos de la ciudad y las víctimas fueron voces privilegiadas, pero no fueron las únicas, pues se evidencia en el relato que, si bien no todos los habitantes de Medellín fueron víctimas directas de la violencia, en general la ciudadanía se vio tocada por dicha violencia.

 

“Entonces ese trabajo de campo reconocía que a toda la ciudad, de alguna forma, le tocó el conflicto y por lo tanto a toda la ciudad, de alguna forma, la impactó; sin embargo, esos impactos en las personas fueron diferenciados. Por eso nos interesaba escuchar esa diversidad de voces. Se hizo un trabajo de campo muy extenso, se hicieron grupos focales, talleres de memoria, un trabajo muy juicioso de revisión de prensa y se trabajó también con bases de datos cuantitativas para intentar ver las dimensiones en cifras del asunto”.

¿Violencias?

Pese a que generalmente se emplea la palabra en singular, Pablo Bedoya explicó: “generalmente se habla de la violencia; entonces, lo primero que hay que decir es que hay muchas formas de violencia en la ciudad y no todas están relacionadas con el conflicto armado. Hablamos en plural porque la violencia en Medellín no fue una. En realidad, en Medellín encontramos, y en el conflicto armado del país en general, violencias múltiples, diferentes expresiones de la violencia, diferentes actores ejecutando esas violencias, pero también violencias que siempre buscaban objetivos distintos, entonces lo que encontramos aquí es que hay una hibridación de un montón de violencias”.

La experiencia personal

En torno a lo que la experiencia de hacer parte de un trabajo como éste, de construcción de memoria, implicó para él, Pablo Bedoya narró: “recuerdo que me había ido un par de años a Bogotá, un poco incómodo con esta ciudad, un poco alegando por muchos de nuestros asuntos culturales que no lograba entender y ‘Colombia basta ya’ fue la posibilidad personal de hacer comprensión de muchos de esos asuntos. Pero, también, el trabajo con memoria tiene una cosa muy importante y es que uno a veces desde su lugar social y desde los conceptos abstractos de la academia, uno a veces cuadricula un montón de cosas que en la vida son muchísimo más fluidas, entonces, a veces poder estar escuchando o viendo el relato de alguien con quien tú no te identificas, que dices como ‘esta es la encarnación del mal’, pero escuchar desde su voz qué ocurría, qué pasaba por su mente, porqué tomó ciertas decisiones y no otras, de alguna u otra forma no quita responsabilidades pero permite comprender qué fue lo que ocurrió”.

Descargar el informe