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En honor a sus cualidades académicas, el Consejo de Facultad, en sesión del 26 de octubre de 2015, asignó al Auditorio 43-111 el nombre del profesor Luis Antonio Restrepo Arango.
“Toño supo establecer una relación dinámica entre su inmensa cultura, su actividad como profesor y su vida generosa, divulgadora y creadora. Siempre fue intempestivo, original y afectuoso. Vivió con franqueza su pasión por la vida”.
Alberto Castrillón Aldana
Desde el 24 de agosto el Auditorio 111, ubicado en el bloque 43 de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, en su campus El Volador, recibió el nombre de Luis Antonio Restrepo Arango. El nombramiento, que está de acuerdo con la Resolución V-1197 de 2016, rinde un homenaje al cofundador de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas, destacado académico, gran humanista y excepcional amigo.
El evento contó con la presencia en la mesa principal del Vicerrector de Sede, John Willian Branch Bedoya, el Decano de la FCHE, Yobenj Aucardo Chicangana Bayona, el docente Alberto Castrillón Aldana y la profesora Gloria Mercedes Arango, esposa de Luis Antonio Restrepo. Asimismo, entre los asistentes se destacan familiares y amigos de “Toño” Restrepo, así como integrantes de la Comunidad Académica de la Facultad.
Durante el acto de nombramiento del Auditorio, el Vicerrector de Sede destacó la propuesta que permite hoy enaltecer la impronta que dejó el profesor Luis Antonio Restrepo Arango a la Facultad y resaltó la importancia de personajes como él en el trasegar de la Universidad y especialmente de la Facultad. Asimismo, instó a la FCHE a dar uso permanente al auditorio en torno a la vida y obra del profesor Antonio Restrepo.
Por su parte, el decano de la FCHE Yobenj Aucardo Chicangana Bayona, indicó: “El día de hoy quiero presentar ante todos ustedes y dar apertura al Auditorio Luis Antonio Restrepo Arango, como homenaje al profesor y cofundador de nuestra Facultad. Sin embrago, reducirlo a esto sería un despropósito y no le haría justicia a su loable labor como pensador, maestro y visionario. Quien buscó orientar a las nuevas generaciones de su época, mientras fomentaba un pensamiento más crítico y diverso entre sus contemporáneos”.
“El profesor Restrepo fue el padre académico de profesores, estudiantes, administrativos y profesionales que hoy forman parte de la Facultad y de otras instituciones de la ciudad y la región. Logró comprender los modelos académicos e investigativos europeos y traducirlos para crear una histografía propia de nuestra realidad. Las razones siempre serán escasas cuando se refiere al profesor Luis Antonio Restrepo Arango, por eso nos atrevemos a nombrar este espacio, en su segundo lanzamiento, en honor a su labor y su memoria”, agregó.
De igual forma, el profesor Alberto Castrillón Aldana, adscrito al Departamento de Historia y quien hizo parte del grupo de exdecanos que aprobó la decisión del nombramiento, aseguró: “Hoy, la memoria de Toño es un acontecimiento que importa cultivar con él porque en este mundo decadente contemporáneo, otras pasiones pedestres y precarias empobrecen la vida de los hombres. El trabajo de Toño consistió en enriquecerla, aportarle a la vida de todos su fuerza, su voluntad, su estímulo y su ánimo. Siempre vida vital la que transmitió y la que seguirá transmitiendo mientras decidamos cultivar su memoria. Por eso es importante que Toño esté aquí en este auditorio, no como un ícono vacío, sino como aquel gran hombre que nos puede seguir inculcando sus ganas de vivir, asociando la vida al cultivo intelectual, político y ético de la existencia”.
Asimismo, Gloria Mercedes Arango, esposa del profesor Restrepo Arango, resaltó: “Antonio fue la mejor demostración de que los profesores podemos hacer docencia, investigación y extensión por la simple pasión del conocimiento, sin el ánimo de ningún tipo de recompensa. Dictaba clases con pasión, investigaba en los fines de semana y en sus vacaciones y siempre hacía extensión. Publicaba las revistas de Extensión Cultural e Historia y Sociedad, corregía los artículos y también distribuía las revistas, para Antonio no existía una línea divisoria entre el pensar y el hacer”.